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Mostrando entradas de abril, 2017

CUANDO EL CIELO DESPEJADO MOLESTA Andrés Tacsir

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Entr ó en la estaci ó n de Parsons Green convencido de lo que diría a Edu y a Vale. A pesar de que había subido la temperatura considerablemente, Gabriel llevaba su abrigo de invierno. Ese gris, pesado, bastante abrigado. En parte era la inercia: el invierno había sido largo y duro. Además el clima londinense era impredecible y muy cambiante. No sabía si esta nochecita, al volver de lo que él pensaba como el último interrogatorio , estaría más fresco, lloviendo o, incluso, nevando. Nunca se sabía allí. El abrigo gris era ciertamente más pesado que el saco azul pero, al menos, los bolsillos eran am plios y le permitían llevar un libro para el viaje en tren. Tenía más de una hora hasta Guilford, hasta la confortable vida de las afueras de Londres. Había elegido, medio apurado ya al salir, uno de los libros que se leería en el taller en los próximos meses. No importaba que él ya no estuviera; de todas formas lo leería.    Pas ó las m á quinas con su tarjeta de crédito y subi

CHIRU CHIRU Denisse Vargas

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El día que volvimos a La Paz por el Camino de la Muerte, como le llaman a la ruta serpenteada que une Los Yungas con La Paz, el cielo estaba nublado. Los dos hombres que trabajaban en la casa ayudando a cosechar el café y las frutas que abundaban en nuestro patio nos llevaron a la plaza de Caranavi en un auto destartalado, donde a veces me escondía cuando mi mamá se enojaba por algo que mi padre o yo habíamos hecho. Llegamos y los hombres ayudaron a mi madre a cargar sobre el techo del minibús cuatro maletas de cuero café brillante que  contrastaban con los bultos multicolores de aguayo y las mochilas empolvadas de  turistas que visitaban el pueblo. Yo miraba a mi alrededor, buscando desesperadamente a mi padre. Creí sentir que mi madre hacía lo mismo, pero él no apareció.  Era temporada de lluvia y el camino estaba resbaloso . Teníamos que ir lento y parar para que pasaran las movilidades que iban en sentido contrario. Era una senda muy estrecha. Yo iba a lado de la ventana, se