Entradas

Mostrando entradas de junio, 2017

EL DIARIO DE NANA Lester GeMedina

Imagen
Hoy abuela llegó a recogerme al colegio en carro. Ni siquiera me acuerdo cuándo fue la última vez que alguien de mi familia manejó para ir por mí, pues mamá, que era quien casi siempre lo hacía, perdió el interés por manejar. Dice que por el tráfico que siempre es tan pesado. Yo sospecho que el accidente fue la causa de su decisión. Cada tarde, sea que me baje del carro o del bus que me lleva a casa luego de clases, veo a mi hermana desde la calle, que observa a través de una de las ventanas de la sala, la que está cerca del retrato donde estamos abuela, mamá y yo, justo en medio de las dos. Ella tiende a ocultar las manos detrás de su espalda. Y encima de todo sonríe. Sé por qué lo hace. Sonríe porque es su manera de decirme que no la regañe, como lo hacía mamá. Nunca hago eso, porque sonríe con tanta naturalidad. Al menos su táctica es mejor que la mía, pues yo solía enojarme y lloriquear cuando por la misma razón, mamá me regañaba por chuparme el dedo gordo. A veces yo llora

UN TANQUE LLENO DE RECUERDOS Martín Belzunce

Imagen
- Papá, dale, yo se que en algún rincón tenés ese recuerdo. ¿No te acordás cuando nos llevaste a la cancha por primera vez? - le dijo al hombre que estaba sentado en su sillón, frente a la tele. - Yo nunca fui a la cancha - contestó el hombre sin inmutarse. - Y si te digo que le dijiste a mamá que nos íbamos al circo porque ella decía que éramos muy chicos para ir a la cancha… ¿Tampoco te acordás? - Nunca me gustó el fútbol -espetó y por dentro fue como si a Nacho le clavaran un puñal. Tenía la sensación de estar hablando con otra persona. - Pará, dejalo -le dijo Ariel por debajo-. Lo único que falta es que nos diga que es de Boca. Nacho le hizo un gesto con la mirada, como diciéndole que no le meta ideas en la cabeza. Si llegaba a decir eso sería un signo de lo irremediable que era todo eso que había empezado hace un par de años. Toda su ilusión de compartir un último recuerdo con su viejo se vendría abajo. Nacho le hizo una seña a su hermano indicándole la puerta. Los

CAMBIO DE VIDA Diana Huarte

Imagen
“¿Es usted miembro de la familia?” Una voz desconocida sonó desde el otro lado de la línea. “No - contestó Alvaro de inmediato-, la señora Dalton no tiene familiares cercanos, soy su amigo y vecino y estoy aquí cuidando a su gato por cuatro días  ¿Puedo saber quién llama?” Las frases que siguieron a continuación sonaron como pequeñas piezas de metal incrustándose en sus oídos y viajando directo a su cerebro donde explotaron todas a la vez. Soltó el auricular y tuvo que agarrarse a una silla para no caer. Era una helada mañana de febrero cuando el avión aterrizó en Heathrow sin contratiempos. Alvaro Etcheverry estiró sus piernas pensando si podría volver a caminar luego de 12 horas de vuelo en clase turista. Había dormido prácticamente durante todo el viaje gracias a la ingesta de dos miligramos de Alplax. Los había consumido en cuartos, así que dormía intermitentemente tomando las comidas junto con dos botellitas de vino que una azafata sonriente le servía. Sab