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Mostrando entradas de mayo, 2017

AHORRO ENERGÉTICO José Luis Gutiérrez Trueba

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Diez, nueve, ocho, siete, seis… la cuenta atrás era demasiado aburrida. Estudiar, buscar trabajo, hipoteca, boda, tener un hijo, divorcio, boda, tener otro hijo más… siempre lo mismo. No cabían las sorpresas. Lo único importante era contar todos juntos, que nadie se quedara rezagado. Soledad se juró a sí misma no volver a iniciar una cuenta atrás en su vida, pero se equivocó. Contó con alguien, no quiso quedarse atrás, fue divertido, y encima delante de una farmacia. No se olviden de cambiar la hora esta madrugada, repitieron durante todo el día los noticiarios de la BBC, a las 2 serán las 3. Aquella primavera Soledad decidió romper con la hoja de ruta establecida. Se negó a cambiar su reloj y habló con Nick para cortar con todo. Estar con alguien solo por no querer estar sola era estar sola dos veces. Nada más cogió lo que entraba en una maleta, el resto se quedó apuntalando la puerta de un charity. Subió en el piso de arriba de un autobús rojo para que la deslumbraran las far

EL VISITANTE Santiago Peluffo

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La vieja mesa de madera que hacía ruido cuando se apoyaban, el freezer lleno de hielo pero donde siempre entraba, al menos, una cerveza de litro. Hasta la foto descolorida del portarretratos seguía en el mismo lugar:   junto al bowl con las mandarinas. Parecía ayer. U na tertulia entre amigos que empezaba a las nueve de la noche y terminaba con la última gota de alcohol o esa porción fría recalentada de madrugada. Como tres hermanos en una familia, cada uno cumplía su rol. Rulo oficiaba de anfitrión y siempre hacía los pedidos porque sabía los gustos de cada uno y tenía una colección de sellitos de descuento en su heladera para usar entre diferentes pizzerías del barrio. Juancito se encargaba de la bebida: dos litros por persona para combinar entre cervezas y whisky. En ese orden: las cervezas para la picada y las pizzas, y el whisky, el postre “de machos”. Y luego él, que como no sabía de whiskys ni tenía coche, le quedaba perfecto como excusa para encargarse