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Mostrando entradas de marzo, 2020

EL ACANTILADO Javier García Durán

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Antes había veces que me hubiera gustado poder echar a volar y dejarlo todo. Huir, quitarme de en medio y escapar de mis propios traumas y miedos, a los que no sabía cómo combatir, ni cómo superarlos, acabar con mis frustraciones. Pero no podía, me sentía incapaz. Estaba como enjaulado. Algo dentro de mí controlaba esos miedos y tenía mis sueños a mal recaudo. Me sujetaba las alas. Podía ser depresión, temor a lo desconocido, falta de coraje y convicción… Pero yo estaba convencido que era vértigo. Tenía todos los síntomas: temblores, mareos, náuseas, sensación de que todo a mi alrededor se tambaleaba y una irremediable sensación de que me iba a caer al vacío en cualquier momento. A pesar de ese vértigo que os cuento, no podía evitar acercarme a los acantilados. Era una atracción contradictoria, pues el miedo a caerme estaba ahí, pero también el placer de disfrutar de las vistas desde lo alto, los atardeceres, el mar, la luz, la brisa marina que te acaricia, la fusión de colores d