GRACIAS POR LA MÚSICA Diana Huarte


Cuando Claire Herve, la esposa del exitoso dee-jay y productor Sebastian Rothman llegó a las dos de la mañana a buscar a su marido, lo encontró tumbado boca abajo, una mancha oscura de sangre cubría la espalda y se extendía por el piso.
Llamo inmediatamente a la policía y fue así que a las 2:18 exactamente, el teléfono celular de la detective Gina Parker sonó reiteradas veces hasta despertarla, y vistiéndose apresuradamente salió para llegar treinta y cinco minutos después a la escena del crimen. Parker sabía bastante sobre el dee-jay asesinado, y sonrió para sí pensando que su jefe la había asignado a ella precisamente por sus conocimientos en la materia.
También comprobó que en la mesa ubicada en el centro del camarín había parte de una pizza y dos vasos de cerveza a medio terminar.
Se acercó al forense que estaba agachado al lado del cuerpo. Se habían visto ya en varias escenas criminales y se respetaban mutuamente, pero nunca habían hablado más de lo necesario.
Lo saludó con una tímida sonrisa y le preguntó.
- ¿Apuñalado?
-  Si, y parece que varias veces, por lo que puedo ver a simple vista.
- Aja…- agregó ella mirando la camisa cubierta de sangre de Rothman.
- En esta instancia, detective Parker, nada podemos decir aparte de lo obvio: fue asesinado a sangre fría por la espalda. Tenemos que llevarlo a la morgue, sacarle la ropa para determinar el numero de puñaladas, cual o cuales son superficiales o fatales. En este caso parecen estar todas distribuidas en una misma área, el asesino parece no haber dudado mucho.
- Asesino o asesina- dijo ella con el habitual tono tranquilo de voz que la caracterizaba.
- Si, es verdad, sin duda una mujer fuerte podría haberlo hecho, - corroboró él.
- Odio y precisión. ¿Quién lo odiaría tanto como para matarlo de esta forma? - Parker murmuró esta pregunta casi para si, giró sobre sus talones y mirando lo que quedaba de la pizza salió de la escena del crimen.
Lo primero que hizo fue pedir un listado de los puestos de comidas del festival y comprobó que la pizza era de otro sitio llamado Ocho/Ocho, así que el dee-jay u otra persona habían telefoneado a una pizzeria de fuera.
Tomó nota del nombre de la pizzería escrito en la caja de cartón, el lugar estaba a pocas cuadras del festival, con suerte tendrían allí una CCTV en donde podrían tener un registro de las personas que habían comprado una pizza similar esa noche.
Volvió a su casa con la intención de dormir unas pocas horas, pero por más que lo intentó no pudo conciliar el sueño. Se sentó frente a la computadora para escuchar material de Rothman y esperar el amanecer. Esa mañana, luego de tomar dos tazas de café cargado comenzaría con los interrogatorios.
Estacionó el automóvil en la entrada de la gran casa que Claire Herve compartía con Rothman y  la hija de ambos.
Tocó el timbre y de inmediato una corpulenta mujer de mediana edad abrió la puerta, la hizo pasar a un amplio salón de estilo moderno y le dijo que la señora estaría con ella en unos minutos. Le ofreció algo para tomar, a lo cual Gina respondió cortésmente que no y se sentó a esperar a la mujer del dee-jay asesinado en uno de los sillones al lado del cual había una pequeña mesa con fotos familiares.
Tomó una de ellas: Sebastian Rothman  era un hombre alto, delgado, elegante. Tenía el pelo corto, castaño claro, rasgos angulosos, nariz recta perfecta y ojos azules. Un hombre extremadamente apuesto, pensó Gina.
Escuchó abrirse la puerta del living y Claire Herve avanzó lentamente hacia donde Gina estaba sentada. Su piel era pálida como los atardeceres de enero en Londres. Aun así, había cierta belleza de elegante edificio abandonado en esa mujer. Al estrechar su mano, Parker notó cierto temblor, pero a pesar de ello cuando la mujer le preguntó si le habían ofrecido algo para tomar su voz sonó firme como la de una  contralto.
- Sí, pero acabo de desayunar- contestó Gina- Gracias de todos modos, no voy a robar mucho de su tiempo, son solo unas preguntas.
- Tengo tiempo - dijo Claire con cierto dejo de severidad - Me estoy tomando todo el tiempo posible para estar con mi hija, tiene solo ocho años, es tan difícil, no sé cómo explicarle que no volverá a ver a su padre. Lo peor será en la escuela¡Dios! Los niños pueden ser tan crueles…
- Sí, es terrible para un adulto pero para un niño es mucho peor - respondió Gina, recordando cómo cuando murió su madre dos niñas blancas de su escuela la habían llevado al baño fingiendo consolarla. La más alta la había forzado a postrarse de rodillas hasta que su cara quedó casi en contacto con una enorme pila de soretes flotando en el inodoro y la otra le susurraba al oído que le dijera chau a su madre mientras tiraba la cadena. Luego la golpearon, pero eso no le había importado.
Claire Herve parecía abatida. ¿Estaría haciendo una escena, serían sus palabras reales?
Tenía el cabello castaño claro, algo revuelto y parecía no haber dormido. Fuera culpable o inocente, era lógico.
 ¿-Cuándo fue la última vez que vio a su marido con vida?- le preguntó.
- Serían aproximadamente las siete y media de la noche, antes que comenzara su set.- respondió ella reacomodándose en el sofá.
- ¿Había alguien más con ustedes?
- Frank, su mano derecha. Pero nos dejó solos, ya que teníamos que hablar de ciertos temas privados, luego dejé a Seb porque tenía una reunión con los organizadores del festival.
- ¿Puedo preguntarle de que índole eran estos temas privados? – inquirió Parker.
- ¡Oh!, nada importante realmente - Claire empalideció - Seb quería cambiar a Emily de escuela y yo no estaba de acuerdo, solo eso.
Gina percibió un cambio en el tono de voz de la esposa del dee-jay, un cambio de voz que había escuchado cientos de veces cuando las personas a las que interrogaba no le estaban diciendo la verdad.
- ¿Y luego usted lo dejó para reunirse con los organizadores del festival?
- Si - de nuevo la voz de contralto - los organizadores son también los dueños de Big World Club, en donde Seb toca muy a menudo. Estuvimos arreglando fechas ya que al día siguiente era el lanzamiento de “8”, su nuevo single. ¿Le molesta si enciendo un cigarrillo?
- Para nada- respondió Parker- ¿Sabe usted si su marido tenía enemigos, algún problema por el cual su vida pudiera correr algún riesgo?
Claire sacó un cigarrillo de una pequeña caja de plata que había sobre la mesa. Lo encendió y una delgada nube de humo se interpuso entre ambas. Parker la observó y recordó una película de cine negro de los años cincuenta que había visto tiempo atrás.
- ¿Seb enemigos? No, no los tenía - emitió un corto suspiro, casi una queja y agregó -  Era muy exitoso. Fama y dinero. ¿Tal vez alguna persona enferma de envidia, algún fan quizás? No puedo pensar en alguien que conozca que desee su muerte.
- Tengo entendido que estaban casados hacia muchos años ¿verdad? - preguntó Parker desviando el eje de la conversación.
- Si - respondió mirando hacia un punto fijo - nos casamos muy jóvenes, ambos teníamos veintiún años, mis padres querían que esperáramos un poco más pero a Seb le estaba yendo muy bien, en esa época pasaba progressive house y estábamos tan enamorados ¿Para que esperar? - esbozó una leve sonrisa y su cara se iluminó por un momento al recordar esto.
- ¿Y cómo era en la actualidad la relación con su esposo?- inquirió la detective.
Esto pareció tomar por sorpresa a Claire que dejó de sonreir y pestañeó varias veces, como queriendo borrar una visión desagradable
- En la actualidad - dijo articulando cada sílaba - como todas las parejas teníamos nuestros altos y bajos - buscó en el interior del bolsillo de su camisa el celular, miró la pantalla y bruscamente exclamó.
- Disculpe, tengo que despertar a la niña, ¿necesita alguna información más?
- No, con esto basta al menos por ahora - dijo Gina levantándose del sofá y estrechando rápidamente la mano de Claire en un gesto de despedida - Una última pregunta si me disculpa. ¿Conoce usted la pizzería Ocho/Ocho? Es una pizzeria que no estaba entre los stands del festival y me llamo la atención que pidieran comida de fuera…
- No, no conozco esa pizzería- dijo Claire- pero era muy común en Seb el pedir cosas de afuera. Frank era el que se encargaba que no le faltara nada de lo que quisiera y que se alimentara en los shows.
- Esta es mi tarjeta - dijo Parker extrayéndola de su bolso- si recuerda algo que crea puede aportar  a la investigación, por favor no dude en llamarme.
- Asi lo haré- respondió Claire - Ahora si me disculpa… y  dando la espalda desapareció tras la misma puerta por la que había entrado momentos antes.
La detective caminó hacia su automóvil,  pero al abrir la puerta miró por última vez hacia la casa. Vio por un instante a Claire Herve apostada en el ventanal de lo que parecía ser  su habitación, observándola. Ella cerró rápidamente la cortina.
Parker había escuchado varios rumores sobre la vida disipada de Rothman y se preguntó cuánto de esto sabría su esposa. Las palabras de Claire retumbaron en su cerebro: “una persona enferma de envidia”, ¿podría ser tal vez ella una persona enferma de celos, harta de soportar los affaires de su marido? ¿Seria ese un motivo para asesinarlo?
Parker se dirigió de inmediato a la casa de Frank Sinclar, amigo fiel y mano derecha de Seb.
La casa estaba ubicada en Islington a pocas cuadras de un club en donde hacían fiestas góticas  a las cuales Parker solía asistir en su temprana juventud. Era la única mujer de color en la escena, pero siempre había hecho buenos amigos en ese lugar. Tocó el timbre y Frank Sinclar abrió automáticamente la puerta como si estuviera esperándola.
Era delgado en extremo y tenía el pelo cortado como Keith Richards en los ochenta. Un jean de corte chupín negro, una vieja remera y unas gastadas botas texanas del mismo color que el pantalón completaban su imagen.
Le ofreció a Parker algo para tomar y esta denegó nuevamente la invitación. Frank parecía excitado.
La casa, aunque muy amplia, carecía prácticamente de mobiliario. Había un buen número de guitarras de diferentes décadas, la mayoría de ellas Fender, colgadas en una pared pintada de azul pálido. El resto de la habitación, de una blancura imperturbable, era interrumpido por la presencia de varios posters que mostraban un logo similar al del infinito con la palabra Lucky en el centro.  
Parker le preguntó qué significaba aquel logo.
- ¿Lucky?- Ariel pareció ruborizarse - Es la banda que teníamos con Seb a los dieciocho años, sueños de juventud.
Ella miró los posters nuevamente y luego a Sinclar.
Él se retorció las manos y en un gesto automático dijo.
- Siéntese por favor detective…
- Parker, Gina Parker - dijo ella al mismo tiempo que se sentaba en un moderno sillón extremadamente incómodo.
- Tengo entendido que se conocían con Rothman desde chicos, ¿verdad? – preguntó.
- Desde la secundaria, si - dijo él sentándose frente a la detective con una taza de café entre sus manos - Yo comencé a trabajar para Seb cuando disolvimos la banda y él obtuvo un éxito rotundo como dee-jay pasando progressive house en los noventa.
- ¿Cuándo fue la última vez que lo vio con vida?
- Antes de que comenzara su set. Tomamos una cerveza juntos y hablamos del lanzamiento de 8, el single que iba a lanzar al día siguiente. Se había hecho mucha publicidad al respecto…
- Si, algo vi en los medios. El nombre del single es “8” y lo iban a lanzar el ocho de agosto. Interesante. - dijo Parker pensativa - ¿Había alguien más con ustedes?
- Si, Claire, la esposa de Seb. Ella se quedó con el cuando me fui a controlar que todo estuviera bien para el set.
- Usted los dejó solos, ¿sabe de qué hablaron? - Parker sonrió, sabía cómo hacer sentir cómodas a las personas que interrogaba.
- ¡Ah! ¿Se refiere a la chica?- dijo él inclinando su cuerpo hacia donde estaba Parker.  - Le dije miles de veces a Seb que fuera discreto pero esta vez parecía no importarle, y Claire lógicamente no lo toleraba.
Los negros ojos de la detective brillaron, parecía un gato acercándose a un pájaro por detrás, pero lo disimuló muy bien y preguntó con calma.
- ¿Podría ser más específico por favor?
Frank pareció no darse cuenta de lo que la detective estaba pensando en esos momentos y aclaró con soltura.
- Hacía más de seis meses que Seb mantenía una relación con Linda Robinson, una joven de dieciocho años. El siempre había tenido affaires, y Claire lo soportaba, pero nunca duraron más de un par de noches. Esta vez parecía ir en serio y Claire no quería que esto arruinara su matrimonio.
El teléfono celular de Parker sonó al mismo tiempo que Frank terminaba la frase.
Ella se disculpó y tomó la llamada poniéndose de pie.
- ¿Lo tienen ya? - preguntó a la voz anónima - ¿Ah si? Perfecto, muchas gracias por la información.
Y volvió a sentarse frente a él para retomar la conversación.
- Disculpe por la interrupción. ¿Estaba la chica esa noche en el festival?
- No, no estaba. Su padre sí estaba ya que trabaja para la organización y también es manager de Big World Club. Había tenido una larga discusión con Seb porque no aprobaba la relación de ambos, asi que Linda se había quedado esa noche en su casa y su padre iba a tener una charla con Seb al término del festival. La relación iba en serio, como dije antes, pero no se qué es lo que iban a hablar…
- ¿Encargó usted una pizza esa noche para el?- Parker sacó esta pregunta como saca un mago un conejo de la galera.
- Si, la encargué - respondió él sin demostrar sorpresa alguna.
- ¿Y por qué una pizza de fuera del festival?
- ¡Ah! Un hombre me dio la tarjeta en el festival y me llamó la atención el logo 8/8. El single que Seb iba a sacar al dia siguiente es “8” igual que el logo de la pizzería, pensé que era un  hecho curioso y me pareció de buen augurio asi que le mostré la tarjeta a Seb y convenimos en pedir una pizza al sitio. La pedí para que llegara cuando terminara el set, asi podía comer algo e irse a dormir, déjeme mostrarle la tarjeta.
Se dirigió a un pequeño escritorio ubicado en un rincón del living, abrió el cajón y sacando la tarjeta se la mostró a la detective.
- Acá esta, la guardé por el logo - agregó.
- ¿Puedo guardármela?- pregunto Parker en un gesto que no daba lugar a una negativa.
- Por supuesto detective, es toda suya.
Ella guardó la tarjeta y se despidió de Sinclar no sin antes repetir la frase de rigor y darle el número de su celular por si se le ocurría algo que pudiera ayudar en la investigación.
Pero cuando se dirigía a la puerta de salida algo llamó su atención: sobre una pequeña banqueta en diagonal al sillón donde la detective había estado sentada vio ‘Figure 8” el vinilo de Elliot Smith.
Ya en la calle, volvió a mirar la tarjeta de la pizzería y entonces  pensó  que si, que a Frank Sinclar le gustaban los logos, los símbolos y que parecía ser una persona supersticiosa.






Gina salió de la casa y se dirigió esta vez al lugar  donde vivía David Rothman, el hermanastro del dee-jay asesinado.
El departamento estaba ubicado en Wood Green, un barrio que había mejorado bastante en los últimos años pero que distaba mucho de parecerse al Holland Park en donde el hermanastro exitoso vivía.
Parker  conocía el barrio muy bien, ya que había ido varias veces allí para arrestar a vendedores de drogas y miembros de gangs que rivalizaban con Broad Water Farm, un vecindario aún peor.
Tocó el timbre en el edificio color humo y esperó a que le abrieran la puerta.
David era un joven de apariencia agradable, alto, de excelente contextura física. Tenía un cierto parecido a su hermanastro pero no podía competir con los rasgos perfectos de éste. Sin embargo había profundidad en su mirada, algo que Parker nunca había encontrado en las fotos y videos de Sebastian.
El departamento era amplio, las paredes estaban cubiertas de vinilos y al fondo de la gran habitación había dos bandejas análogas rodeadas de dos parlantes que Parker miró con cierta envidia, calculando cuantos años tendría que ahorrar para poder comprar unas iguales.
- ¿Es usted  dee-jay como su hermanastro?- preguntó Parker.
- ¡Oh! No tan bueno como el.
La detective notó algo parecido al sarcasmo en sus palabras.
- Trabajo en algunos clubes pequeños, pero tengo un trabajo de día también, la música me da unos ingresos extras pero no constantes.
“Un chico serio, cuidadoso y metódico”, pensó Parker al observar que todos los vinilos estaban perfectamente ordenados alfabéticamente . Se acercó para mirar la colección: Tangerine Dream, Can y también Pilgrimage, el tercer álbum del duo Om, que Parker había comprado hacía un tiempo.  El ojo experto de Parker reconoció también casi con admiración una  edición limitada  de un álbum de Boris Brejcha del cual se había hecho una tirada de solo quinientas copias.
- Tiene usted un gusto muy ecléctico  en música si me permite - murmuró Parker.
David  se sorprendió gratamente. No esperaba comentario musical alguno de parte de un detective policial.
- Si, eso es lo que mi hermano siempre decía, y también que eso me jugaba en contra.
- ¿Podría explicarse mejor?
- El decía que tenía que focalizar en solo un estilo, y evaluar el dinero que podría obtener por el producto ofrecido - el sarcasmo se acentuó ahora en forma definitiva en estas ultimas palabras.
Parker estuvo a punto de decirle que su recién fallecido hermano le parecía un imbécil, pero en cambio pregunto lacónicamente
- ¿Cuándo fue la última vez que lo vio con vida?
- La semana anterior al festival nos encontramos brevemente en su oficina cuando salí de trabajar - aclaró - Seb me había recomendado   para tocar en Schlachthof, un club en Berlin,  hace un par de meses atrás.  Hice una fecha y los dueños me ofrecieron hacer varias más, asi que fui a agradecerle el favor, ya que es un club muy prestigioso.
- ¿Su hermano era amigo de uno de los dueños de Schlachthof?- preguntó Parker sorprendida.
- Si, sé que es ridículo ya que los estilos son diferentes pero se conocieron en los 90.
- ¿Qué estilo de música pasa usted?- preguntó Parker  previendo ya la respuesta.
- Techno- declaró él - Seb había prometido ayudarme hacía tiempo. A pesar de que nuestros estilos eran completamente diferentes, él conocía mucha gente pero siempre estaba muy ocupado . De todos modos le insistí, y Claire sobre todo fue la que más me ayudo así que mi hermano le mandó a los dueños  de Schlachthof un link con uno de mis sets, y Wolfrang Herzog,  el dueño del sitio, me contactó dos días  después, me ofreció tocar y luego hacer una fecha por mes, a pesar de que Sebastian me había dicho que no iba a servirme de mucho.
-  ¿Por qué cree que le dijo eso?- preguntó la detective.
- Creo que mi hermano no tenía demasiada fe en mi- respondió él - Parker detectó cierto orgullo detrás de sus palabras.
- ¿No lo vio en el festival?- ella lo miró fijamente.
- No, fui con un par de amigos y estuve con ellos todo el tiempo, Seb dijo que nos encontraríamos tal vez luego del festival.
- ¿Pueden sus amigos corroborar esto? Necesitaría sus contactos por favor.
David Rothman sacó el celular del bolsillo de su camisa, le pasó los contactos de inmediato y le preguntó amablemente si necesitaba algún dato más.
 -No, dijo ella - con esto es suficiente, muchas gracias
David la acompañó hasta la salida, Parker se giró y preguntó sorpresivamente.
- ¿Cómo era la relación con su hermanastro? ¿Conocía o sabía usted de alguien que quisiera dañarlo?
- No - el joven pareció reflexionar y agregó - Teníamos el mismo padre, pero nunca convivimos. El siempre estaba muy ocupado asi que era raro vernos, por lo cual no puedo serle muy útil con esta pregunta… Nos veíamos en los cumpleaños, navidades y yo pasaba por su casa a veces para visitar a Claire y a Emily.
- Bien, eso es todo - dijo ella sacando una tarjeta del bolsillo interno de su chaqueta - Si recuerda o cree tener algún dato que pueda aportar a la investigación no dude en llamarme por favor.
- Así lo haré - respondió él despidiéndose.
Ella se dirigió nuevamente a su automóvil concluyendo que era David el que había tratado  de relacionarse con un hermano siempre ocupado, al que le había pedido el mismo favor reiteradas veces hasta que por fin el otro  había accedido a regañadientes.
David Rothman amaba la música, Seb Rothman  el dinero. Esta actitud del famoso dee-jay ciertamente molestaba al chico. ¿Cuánto le habría ofendido el hecho de que su hermanastro le dijera en forma tan vaga ‘Tal vez nos encontramos luego del festival?’   
Había hecho un set en un club prestigioso que Seb, aunque brindándole una mínima ayuda, no creyó concretaría. Le habían ofrecido más fechas, esto evidentemente había tenido un impacto en su autoestima. Había ido a ver a su hermanastro y agradecerle, pero también había ido para demostrarle que el valía, que era bueno en lo que hacía. ¿Habría sido este un motivo para matar al hermano que no tenia fe en él, que lo había ayudado casi por obligación y que aplastaba su amor por la música? Parker llego a la conclusión de que los dos hermanos eran polos opuestos y que tendría que indagar en varios aspectos más de esa relación.
Mientras se dirigía a su oficina escuchaba Ausencias de SHH (www.shhsounds.com), una banda originaria de Argentina que había visto un par de veces en Londres y aunque no hablaba una palabra de español, la canción reproducía la melancolía interna que por momentos la embargaba.
Al llegar a la oficina no encontró a nadie, era tarde y todos se habían ido ya.
Marcó el teléfono impreso en la tarjeta que Sinclar le había dado y con gran sorpresa comprobó que el teléfono no pertenecía a pizzería alguna. “Alguien” le había dado esa tarjeta a la mano derecha del dee-jay y “alguien” había atendido esa llamada y pretendido ser un empleado de 8/8. Esa persona conocía muy bien como operaba la psicología de la mano derecha de Rothman, y estaba cerca de ellos, pero ¿dónde?
Tendría que corroborar si el teléfono impreso en la caja de la pizza en la escena del crimen era verdadero o falso también, e ir a la pizzería.
Parker tipeó todo esto en la computadora y también tipeó lo que le habían comunicado en la llamada telefónica  durante el interrogatorio a Sinclar: que eran 8 las puñaladas que Rothman había recibido en la parte alta  y media de la espalda y que esto había sucedido  después de la media noche, en los primeros minutos del día 8 del 8…





Parker se despertó a regañadientes. No había dormido bien últimamente y sentía sus energías más bajas de lo normal. Mientras tomaba otra taza de café cargado, marcó el número del teléfono celular del padre de la joven amante de Sebastian. Se reunirían esa misma mañana en la casa de él.
Al llegar al edificio en donde habitaba Steve Lawless, en Catford, un sitio tranquilo en el sudeste de Londres, Parker se sintió mareada y de repente se dio cuenta  de que no había desayunado esa mañana.
“Esta dieta de café cargado va a matarme”, murmuró para si abriendo  al mismo tiempo la guantera del automóvil y sacando una barra de proteína sabor chocolate, que devoró en menos de un minuto. Respiró hondo y creyó estar mejor.
Tocó el timbre del departamento 3 B y una voz masculina la saludó al mismo tiempo que el sonido del interruptor se activaba y se abría la puerta.
El departamento era luminoso y todo estaba en orden. El hombre le ofreció a la detective algo para tomar y esta vez sí, Parker aceptó un vaso con agua mineral.
Lawless era un hombre de mediana estatura, casi alto podría decirse. Tenía un cuerpo atlético y vestía  un jean azul oscuro y una camisa blanca. Su imagen emulaba la pulcritud del lugar.
Debía tener la misma edad que Sebastian y al sentarse junto a Parker, esta observó que Lawless olía muy bien.
- ¿Cuándo fue la última vez que vio a Sebastian Rothman con vida? - la pregunta sonó cansada en su voz, como una vieja cinta de cassette.
- Poco antes de comenzar su set, alrededor de las ocho, un poco mas tal vez, Claire estaba con él y nos dejó solos – agregó.
- ¿Puedo saber cuál fue el motivo de la conversación?- preguntó Parker sorbiendo un trago de agua.
- Si, por supuesto - Steve Lawless suspiró profundamente y dijo con calma - Sebastian mantenía una relación con mi hija Linda  desde hacia más de seis meses, y por supuesto yo tenía varios motivos para no aprobar esta relación.
Hubo una pausa larga, Parker bebió más agua y dijo:
- Continúe por favor.
- Conocía a Sebastian desde hacía varios años, ya que soy el encargado general de Big World Club. El tenía una vida… voy a ser directo con usted – Lawless respiró pesadamente y Parker notó que la calma con la que había comenzado su relato se disipaba - una vida promiscua. Cada noche terminaba con una chica diferente, a veces menores de edad, le gustaba fanfarronear y decir que cuanto más jóvenes más le divertían ya que podía dominarlas y hacerles hacer lo que el quería. Les prometía cosas, luego no las llamaba nunca más y la jugaba de victima mintiéndoles que su esposa se había enterado, ¡un verdadero cretino! Y estaba también el asunto de las drogas….
- ¿Cuál era el asunto de las drogas? - Parker pareció revivir.
- Voy a contárselo- la voz de él sonó más grave aún.- Le gustaba invitar a dos adolescentes, drogarlas y luego convencerlas de que se manosearan entre si mientras él las filmaba para luego penetrarlas, usaba éxtasis para estas cosas por lo general y las chicas estaban tan drogadas y encantadas de poder tener la atención de su ídolo que hacían lo que el quería. Lo escuché varias veces contar  delante de Frank cómo se sorprendían las nenitas, así las llamaba, cuando les introducía el miembro en sus bocas y les eyaculaba diciéndoles que era el néctar del dee-jay, que se lo tragasen. Era una persona asquerosa, arrogante y sin sentimiento alguno. Cuando me enteré que Linda había comenzado una relación con él, detective, pensé en matarlo. Es verdad, no lo maté, pero lo pensé… ¡Mi hija! Con ese degenerado, mi querida hija a la cual cuidé con tanto esmero -  el rostro de Lawless estaba descompuesto por el odio.
- Sin embargo reuní valor para enfrentarme a él y mantener la calma - agregó  mirando fijamente a Parker- esto sucedió al comienzo de la relación, pero él…  Sebastian actuó de una manera completamente inusual y me dijo que se había enamorado como nunca de Linda, que no habría otras chicas ni tampoco drogas. Le dije que dejara a mi hija en paz, pero ambos estaban dispuestos a seguir adelante con la relación- se relajó un poco, pareció componerse nuevamente y prosiguió.
- Efectivamente, Sebastian abandonó todo contacto con otras mujeres y parecía lúcido por primera vez en años. Claire estaba furiosa, ella conocía muy bien todas las canalladas de su marido, no se si le importaba o no, es una mujer inescrutable, pero lo cierto es que hiciera lo que hiciera Sebastian yo no quería que mi hija tuviera más contacto  con un hombre como él, una bestia que le llevaba tantos años y que estaba casado.
Steve prosiguió al ver que Parker le prestaba atención sin emitir sonido alguno, como temiendo que la verborragia de su interlocutor se cortara de golpe.
- Esa noche tuvimos una violenta discusión, pero no lo maté, me marché del camarín, y él fue a tocar su set.
- ¿Que pasó durante la discusión? - preguntó ella disimulando su entusiasmo.
- El me pidió, y hasta me rogó, que le diera una oportunidad. Me dijo que entendía que había una gran diferencia de edad, pero que amaba a mi hija profundamente y que era mutuo, que haría todo por ella y que esto incluía divorciarse de Claire y dejar su profesión para casarse con Linda y tener una vida más tranquila.
Lawless emitió un gemido agudo y en una especie de carcajada casi histérica exclamó.
- ¿Cómo iba a creerle? Después de ver tantas cosas durante todos estos  años…  Una vez, y le cuento esto para que vea qué clase de persona era Seb Rothman, no solo con las mujeres sino con sus colegas y amigos también. Viajábamos en un avión privado a un festival con otros dee-jays tan famosos como él. Yo era parte de la organización del festival en UK y me tocó viajar con ellos. Sebastian comenzó lo que el denominaba un juego para pasar el tiempo, que consistía en ver quién tenía más dinero en su cuenta bancaria. Eso era la gente para él, lo que tenían, nada más. La mayor parte de los dee-jays que estaban en ese vuelo trataron de evitar todo contacto con él luego de ese episodio.
Parker apoyó la espalda en el sofá y bajó la vista, Steve Lawless ya lo había dicho todo. ¿Habría vuelto al camarín para apuñalarlo? Parecía poco probable, pero su hija era lo único que valoraba en este mundo y Seb Rothman no parecía ser un buen partido para nadie.
- Si no le molesta, voy a entrevistar a su hija - repuso Gina.
- No me molesta para nada, ella estuvo la noche del asesinato con su prima y con Angeles, la hermana de mi ex mujer, que falleció lamentablemente hace tres años. Tanto la tía como la prima de mi hija estaban tan preocupadas como yo por la relación con Seb y habían venido a comer con ella esa noche y charlar del tema sin que yo estuviera presente, un poco para hacer entrar en razón a Linda.
Parker asintió con la cabeza. Se despidió del hombre, le dio su tarjeta y guardó el contacto de Linda Lawless para contactarse con ella más tarde.
Hasta ahora parecía que nadie tenía nada maravilloso que decir sobre el dee-jay . Sin embargo, Gina estaba deseosa de escuchar algo positivo, si lo había, del muerto.
Se encontró con la chica en un bar dos horas más tarde. Era  realmente hermosa: alta y delgada, de cabellos rubios perfectamente cuidados, ojos grises y nariz recta. Parker pensó en la portada de la revista Vogue al verla y también que su padre  tenía un buen motivo para matar a Rothman.
La joven era sorprendentemente madura para su edad y cuando habló de Rothman la detective obtuvo el perfil de un hombre completamente diferente al que se referían las demás personas a las que había entrevistado. Para Linda Lawless Sebastian era amable, tierno, respetuoso. Le había dicho que  ya no amaba a Claire y le creía, pero que  una separación significaría ver a la hija de ambos los fines de semana, y además ellos tenían un negocio juntos en el cual Claire producía la mayor parte del material musical y organizaba los eventos. También le dijo que su esposa aceptaba sus affaires y que se llevaban como dos buenos amigos, por eso nunca había pensado en separarse hasta que ella  apareció en la vida de él y esto Claire no lo toleró, entonces cambió y empezaron a mantener discusiones al respecto casi a diario.
Al parecer Sebastian le había dicho a Claire que amaba a Linda y que quería el divorcio, que estaba dispuesto a darle la mitad de todo lo que él antes valoraba, el dinero, y que quería retirarse, seguir trabajando tal vez en producciones en estudio y alguna que otra presentación pero no más largas giras. Tenía tanto dinero acumulado, propiedades heredadas, pero esto no parecía importarle a Linda Lawless, que solo quería estar con él, vivir juntos en un sitio tranquilo y dedicarse a la carrera de medicina que comenzaría a estudiar en pocos meses.
Seb la apoyaba en todo y la incentivaba. Sabía que su padre no aprobaba la relación pero estaba segura que con el tiempo lo aceptaría. Sabía muy bien que el dee-jay consumía drogas y que mantenía relaciones con otras mujeres, pero también sabía que había dejado estos vicios por ella.
La detective pensó que había mucha seguridad en la forma que Linda hablaba de su futuro, pero la mujercita que tenia delante recién había dejado de ser una niña. Se preguntó a si misma cuál sería la verdadera naturaleza del amor que Rothman le profesaba. Parecía que el dee-jay había cambiado sus hábitos, Steve lo había corroborado en la entrevista y esto lo aterraba, pero ¿podría ese cambio ser perdurable? Ni Parker ni nadie lo sabrían jamás.
Se despidió de Linda Lawless y se contactó con Claire Herve, tenía que hablar con ella nuevamente.
Claire la recibió en una habitación diferente esta vez. Había un escritorio, sobre él una computadora y varios papeles acomodados con cierto orden. Detrás, dos altoparlantes pequeños de buena calidad, cada uno en una esquina, reproducían la melodía de la canción que Claire estaba escuchando en ese momento: Baby I’m gonna leave you de Led Zeppelin, la banda preferida de Parker. ¿Seria Claire una masoquista? La ex esposa del dee-jay apagó el audio y se dispuso para la entrevista.
Su aspecto no había cambiado en absoluto desde que Gina la vio por primera vez, llevaba el pelo desordenado y parecía vestir la misma ropa.
Se saludaron correctamente, Parker se sentó en el sillón frente al escritorio que la mujer le ofreció.
- En la primera entrevista que tuvimos usted  dijo que había discutido con Sebastian respecto al cambio de colegio de la hija de ambos, pero tengo suficientes motivos para creer que me ha mentido - Parker soltó esta primera frase con crudeza, y Claire  palideció.
Bajó la cabeza, la detective pudo ver la humillación, la tristeza encerrada en el delgado cuerpo de esa mujer inexplicable que tenia enfrente aflorar lentamente como un secreto guardado celosamente.
- Sí, le mentí - dijo casi en un susurro - no fue acerca del cambio de colegio de Emily que discutimos, fue sobre… - hizo un gesto como de tragar arena, cerró los ojos y prosiguió - mi marido… mi marido - y pareció morder esas palabras - mantenía una relación con una joven desde hacía varios meses ya y esto estaba arruinando no solo nuestro matrimonio sino también el negocio de ambos.
Parker no pestañeó ni hizo gesto alguno, le preguntó con voz clara, haciendo caso omiso del dolor de la mujer que ahora se le revelaba claramente.
- ¿Menciono su marido el deseo de separarse de usted en aquella discusión o en alguna otra?
Claire pareció derrumbarse, si lo había asesinado o no la detective no lo sabía, pero ahora si sabía que esto le había dolido a la esposa del dee-jay, que hizo un esfuerzo sobrehumano para poner una barrera invisible en las lágrimas que se acumulaban en sus ojos.
 -Si- apretó los labios en una mueca casi ridícula y volvió a abrirlos para agregar- Lo mencionó algunas veces sí. Las primeras veces no le di importancia, la chica tenia solo dieciocho años. ¡Por Dios! ¿Qué iba a decirle a nuestra hija? Sabía que mi marido tenía el vicio incontrolable de tener sexo con jovencitas y se lo perdonaba una y otra vez, eran cosas de una noche y siempre volvía a mí.
Se paró y giró para dirigirse hacia el ventanal que tenía a su izquierda. Lo abrió, hacia un día inusualmente caluroso para el mes de agosto. Sin mirar a Parker dijo:
-El era el dee-jay exitoso, pero yo hacía la mayoría de las producciones, creé todos los contactos y manejé las finanzas. Sin mí nunca hubiera llegado a donde llegó - y volviéndose hacia Parker exclamó con ira - Era un cretino egoísta que no valoraba nada de lo que yo hacía por él. Patético, querer dejarme por una niña que nada sabía. ¿Qué iba a hacer sin mi? ¡Nada! Iba a aburrirse en un par de años seguramente. Lo odiaba, lo odiaba - Claire soltó un puñetazo en el escritorio - pero no podía dejar de amarlo. ¡Oh no! ¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo hacerme esto? – se desplomó en el sillón y cubriendo el rostro entre sus manos lloró amargamente sin importarle ya la presencia de Parker.
La detective pensó que el puñetazo que había dado Claire en el escritorio era el de una mujer muy fuerte, lo suficientemente fuerte como para apuñalar a un hombre.
Se retiró de la casa en silencio, dejando a Claire Herve  descargar el sufrimiento contenido.
La detective tenía bastante información, pero también la sensación de que algo faltaba, y que hasta el momento nada parecía tener demasiado sentido.
Todas las personas interrogadas tenían motivos de sobra para querer matar a Rothman.
Para comenzar, Claire Herve: sin su marido se convertía en una viuda joven, rica y con la posibilidad de seguir produciendo música comercial para otros nuevos dee-jays. Si Sebastian se casaba con Linda Lawless era probable que la joven pudiera quedar embarazada y eso significaría para Emily tener que compartir en un futuro la herencia con su hermanastro. Si Rothman moría antes del divorcio, todas las propiedades y derechos de autor pasaban a ella.
Pero Claire había estado reunida todo el tiempo con los organizadores del festival.
Respecto a David Rothman, podría haber matado a su hermanastro, ya no lo necesitaba, su carrera como dee-jay había comenzado y andaba ya con piernas propias. Sebastian lo había humillado y sobre todo había devaluado a la música como arte comparándola con un mero medio de hacer dinero, algo que evidentemente a David no le importaba. Pero no había visto a su hermano en el festival, Frank Sinclar no lo había permitido y sus amigos lo habían acompañado todo el tiempo, estaban juntos en un bar cercano en el momento del asesinato.
Otro autor probable podía haber sido Steve Lawless: no confiaba y jamás aceptaría a Rothman como yerno, era una persona honrada y su hija era lo que mas le importaba, haría cualquier cosa para que la relación del dee-jay con la chica terminara. Era un hombre que sabía controlarse pero ¿hasta qué punto? De todos modos, en el momento del asesinato había llegado ya a su casa y estaba con Linda y su familia.
En cuanto a Frank Sinclar, evidentemente había algo que no encajaba en lo que mostraba ser y lo que realmente era. ¿Sería la banda en la que había tocado con Rothman parte del pasado como había dicho, o la ruptura lo había afectado tanto  como para acumular un rencor incontrolable hacia el exitoso dee-jay y decidir matarlo?
Pero alguien le había dado a Sinclar esa tarjeta y y esa persona sin duda conocía perfectamente la psicología del dee-jay  y de su mano derecha. “8” iba a ser lanzado al día siguiente del festival y se había hecho publicidad al respecto, Frank no parecía ser muy brillante y el que le dio la tarjeta sabía que él y Seb eran supersticiosos y había planeado el asesinato meticulosamente. En el momento del asesinato, Frank estaba supervisando como desarmaban los equipos.
Todo parecía indicar que el asesino era alguien ajeno al círculo, pero lo suficientemente cercano como para saber como actuarían las personas cercanas a Seb Rothman…






Esa misma tarde, a pesar de estar exhausta la detective volvió a su casa y decidió  ir a escuchar música a un bar relativamente nuevo en la zona de Dalston. Hacia tiempo que no tenía vida social y lo notaba al mirar sus piernas sin depilar y el esmalte de las uñas en una condición tan lamentable que era difícil ya adivinar cual era el color original con el que habían sido pintadas. Se metió en el baño y una hora y media más tarde se miró en el espejo y sonrió, era una mujer deseable nuevamente.
Al llegar al bar saludo a su amigo Carl efusivamente. La última vez que se habían visto fue cuando Parker había pasado música en un pequeño reducto, en el mismo barrio de Dalston, pero no habían podido hablar demasiado.
- Estás hermosa Gina - dijo Carl.
- Si me hubieras visto unas pocas horas antes no habrías dicho lo mismo… - respondió riéndose al mismo tiempo que se sentaba a la mesa.
Pidieron unos Gin & Tonic y charlaron sobre temas irrelevantes. De pronto Carl le preguntó:
- Sé que no podés decir demasiado  al respecto, pero ¿estás trabajando en el asesinato del dee-jay?
- Si, estoy con eso y a decir verdad aunque quisiera decir, no hay demasiado, no tengo idea de quién pudo haberlo hecho y tengo la presión de mi jefe para que lo averigüe ya….
Carl se acercó a Gina y en voz baja dijo.
-Seb Rothman si…. Qué música horrible que pasaba, pero la producción era impecable eso si. Aunque la que producía la mayor parte era la mujer de él, Claire. Imagino que ahora seguirá trabajando con otros ‘talentos’.
Gina asintió, había estado escuchando la música de Rothman y coincidía con su amigo.
- Tenía una banda antes de dedicarse a las bandejas.¿Lo sabías? -preguntó ella sonriendo.
Carl conocía todas las bandas del planeta y a ella le gustaba testearlo permanentemente.
- ¡Obvio que lo sabía mi querida! Lucky es una banda de culto. Una pena, los chicos estaban tocando bastante, las críticas eran muy buenas y estaban por firmar un contrato con  una multinacional cuando el finadito, que al mismo tiempo había empezado a irle bien como dee-jay, disolvió la banda de un día para otro.
Parker dejo de sonreir y pregunto muy seria.
- ¿Fue él el que disolvió la banda? Pensé que se habían separado.
- ¡No, que va! Todos quedaron destruidos emocionalmente, sobre todo el guitarrista que era la verdadera estrella de la banda, el que componía todo. ¿Lo debes haber conocido no?
- Si - dijo ella - y sigue pensando que es una estrella de rock.
- No me extraña - dijo Carl terminando el segundo Gin & Tonic - Rothman cantaba correctamente y lógicamente las chicas morían por el, pero el verdadero talento era Frank Sinclar.
Parker regresó a su piso en Tottenham pasada la medianoche pero antes de ir a dormir encendió la computadora, encontró bastante material sobre Lucky  y al escucharlos se hizo dos preguntas: cómo no los había escuchado antes, y qué le había pasado a Rothman para terminar produciendo música tan mala. Pero claro, lo que le importaba a él y ya lo había dicho su hermanastro era lo que la música podía recaudar, y una carrera exitosa como dee-jay solista era lo que su ego requería. ¿Qué pensaría Frank a todo esto?
Pero fue un artículo reciente, que encontró en un blog no muy conocido, lo que le llamó verdaderamente la atención: “Lucky, una banda sin suerte”. La nota estaba redactada por un periodista underground  que evidentemente no tenia demasiada simpatía por Rothman. “Otro más”, pensó Parker. Hablaba sobre el destino de los miembros de la banda cuando esta fue disuelta por el dee-jay en ascenso.
El guitarrista, decía la nota, el verdadero talento de la banda, terminó trabajando para su amigo Seb y nunca más formó proyecto alguno pudiendo haberlo hecho, como si la energía del progressive house, género que en ese momento había comenzado a generarle enormes cantidades de dinero al nuevo dee-jay y ex cantante de Lucky, lo hubieran consumido a él también.
El bajista entro en una depresión profunda a partir de la ruptura de la banda, y después de dos años de ininterrumpido consumo de drogas duras, se terminó suicidando.
El baterista tampoco tuvo mucha suerte. Estuvo preso por el robo de una moto y hoy vivía casi en la indigencia.
Al único al que la suerte parecía acompañarle, seguía la nota, era a Rothman, que generaba basura tras basura agitando los charts desde hacía décadas, pero también le llegó el turno…
La nota continuaba pero Parker apagó la computadora y se fue a la cama.
Al día siguiente se despertó más tarde de lo habitual, necesitaba recuperar fuerzas y se preparó por primera vez desde hacía meses un desayuno decente.
Luego hizo su rutina de pesas y abdominales, y se preparó para enfrentar lo que el día le reparara.
Tomo de su escritorio la tarjeta con el número telefónico del guardia de seguridad del VIP, que habría tenido contacto con el repartidor de pizza la noche del crimen;  lo que había visto en la CCTV no pudo aportar gran cosa a la investigación: un hombre de mediana estatura con una gorra de baseball. Así que arregló con el guardia para verse esa misma tarde en un café cercano a la estación de King Cross.
Era un lugar pequeño, Gina se acomodó en una de las sillas cercanas a un ventanal por donde se podían apreciar paredes marrones que languidecían en el aire impuro de la ciudad. Pidió un café helado mientras esperaba a que el guardia de seguridad apareciera.
Cinco minutos más tarde un hombre con una cara redonda y mirada bonachona, que contrastaba ciertamente con el cuerpo de gimnasio trabajado y una estatura que sobrepasaba los limites de lo normal, se acercó a la detective y la saludó amablemente.
- Siéntese por favor, señor Harris - dijo Parker al mismo tiempo que hacia una seña al camarero que acudió inmediatamente a la mesa - ¿Qué desea tomar?
- ¡Oh! Un café por favor - respondió tímidamente.
Harris parecía no aportar demasiado a lo que la detective  había visto ya en la cámara: La descripción del repartidor de pizza era vaga, mediana estatura, gorra de baseball… El guardia de seguridad estaba cansado a esa hora de la noche, había trabajado desde el comienzo del festival, pero hubo algo que le llamó la atención, si. Fue cuando le tuvo que poner el precinto en la muñeca para que pudiera tener acceso al VIP. Pensó que el tipo debería estar un poco tocado tal vez, ya que tenia tatuado el logo de la pizzería en la muñeca.
Parker sintió un escalofrío de placer, le pasaba siempre que algo importante iba a suceder en una investigación.
Le mostro a Harris el logo de la pizzería que tenía entre las anotaciones que llevaba en su I-Pad, pero Harris dijo que no era exactamente así sino parecido: el sujeto tenia tatuado el numero 8.
La detective no pregunto nada más. Le agradeció a Harris su tiempo y dijo las frases de rigor. Luego marcó el teléfono que estaba impreso en la caja de pizza encontrada en la escena del crimen. Era diferente del teléfono de la tarjeta que Frank le había dado. La voz que atendió del otro lado lo saludo con un “8/8 pizzería buenas tardes ¿que puedo hacer por usted?”.
Esa misma tarde el clima cambió como pasa a diario en el impredecible Londres: brillaba el sol y de  la nada el cielo se ennegreció y comenzó a llover. Parker no llevaba paraguas, los detestaba, estacionó el auto a cuatro cuadras de la pizzería, y al entrar al local estaba empapada, su aspecto no era el de los mejores.
Los empleados de la pizzería habían sido avisados que la detective iba a hacerles unas preguntas de rutina aunque se sorprendieron un poco al tener que mostrar sus muñecas. Tal como lo esperaba, Parker no encontró tatuaje alguno en ellas.
El dueño del sitio, un hombre que estaría en sus sesenta años, preparo un café y con un gesto paternal forzó a la detective a que lo tomara. Ella se juró a si misma llevar siempre un paraguas consigo, su aspecto debía haber inspirado lástima al hombre.
No había terminado de beber el café cuando un empleado muy joven se acercó a Gina y con una confianza inusitada le dijo.
- ¿Realmente cree que van a atrapar al culpable de este asesinato?
Ella lo miró por un segundo con un gesto de sorpresa.
- Eso espero y muy pronto - respondió sin poder llegar a creerlo.
- Pues ese tipo se lo merecía - dijo el joven como dictaminando una sentencia
- ¿Por qué te parece que se lo merecía?- esto se está poniendo bueno pensó la detective.
- Para empezar, la música que hacia era una mierda y disculpe mi lenguaje pero es asi, no hay otra palabra. Mi papá tiene algunas grabaciones en cassettes que el grupo vendía en sus shows, me refiero a Lucky, lo único bueno que hizo Rothman. El tipo le arruinó la vida al resto de la banda, los dejó a todos de un día para otro, la historia la conozco de memoria por mi viejo y tuve la suerte, hace unos dos meses atrás de conocer al baterista, que vino acá  y se llevó una pizza. Si, el baterista original de la banda. El pobre no podía creer que alguien lo reconociera, imagínese, tantos años, pero  a pesar de haber llevado una vida terrible conservaba todavía los mismos rasgos que en las fotos de cuando era joven. Yo soy muy bueno recordando caras de personas.
El chico prosiguió casi eufórico.
- Al principio lo negó, pero al final pobre, qué se yo, a lo mejor lo revivió que alguien lo reconociera y estuvimos hablando sobre la banda casi media hora.
- ¿Y que te dijo el baterista? - Parker fingió desinterés.
- Nada nuevo de lo que todos los fans sabemos. Que el guitarrista era el verdadero talento, que hubieran podido hacerse millonarios todos, pero Rothman quería ser solo él y no el resto, y luego hablamos sobre música nada más.
Gina Parker se despidió de todos y agradeció el café, afuera había dejado de llover.
Esa misma noche, se encaminó al último sitio - que no había previsto en su agenda - para comprobar lo que ya imaginaba.






Al día siguiente, Claire Herve, Frank Sinclar, Steve Lawless y David Rothman recibieron, con diferencia de pocos minutos, una citación para esa misma tarde en la oficina de la detective Parker.
Llegaron prácticamente al mismo tiempo y mirándose de soslayo se sentaron en silencio en las sillas que previamente habían sido colocadas alrededor del escritorio.
Parker se mostraba tranquila y saludó a todos con el mismo rostro inexpresivo que usaba cuando llegaba el anuncio de conclusiones relevantes a un caso.
Observó que  Claire Herve había puesto gran esmero en su vestimenta, su cabello lucía un corte diferente y estaba relajada. Un atisbo de sonrisa se dibujaba en sus labios como si una nueva etapa de felicidad hubiera comenzado en su vida.
David Rothman se había sentado a su lado e intercambiaron un par de palabras entre ellos antes de que Parker comenzara a hablar.
La detective los miró a todos y agradeció que hubieran hecho el esfuerzo de acudir a la cita. Luego se dirigió a Frank Sinclar y le dijo:
- La primera vez que lo interrogué usted dijo no importarle demasiado Lucky, la banda que tenía con Rothman, que a pesar del nombre no tuvo tanta suerte, pero sin embargo los posters en la pared y su forma de vestir como la estrella de rock en la que estaba a punto de convertirse  hace ya mas de veinte años me dijeron lo contrario.
Frank pareció querer decir algo pero ella prosiguió sin darle tiempo.
- Tanto usted como Sebastian creían en la simbología y eran supersticiosos, por eso decidieron llamar 8 al nuevo single que iba a ser lanzado al día siguiente de su muerte, el ocho de agosto. El numero 8 es el número de la suerte para los chinos, pero ¿quería usted que su amigo siguiera acumulando una suerte que  quizá creía le había sido robada a usted?
Frank miró a la detective con un gesto de incredulidad
- Lo que usted dice no tiene sentido. Si, teníamos con Seb cierta inclinación a la numerología y es verdad que le pusimos 8  al single por la creencia china. ¿Pero eso que tiene que ver con el caso?
Parker prosiguió sin inmutarse.
- Cuando vi en su casa el cuadro con el símbolo del infinito no le preste atención, pero luego me di cuenta que es un 8 en posición horizontal. Casi todo cerró cuando al despedirme de usted vi el vinilo de Elliott Smith  Figure 8 sobre un pequeño taburete  cercano a la puerta de salida, Elliott se había suicidado apuñalándose a sí mismo.
Frank farfulló unas palabras que Parker aplastó con una mirada intensa y continuó.
- Y digo que casi cerró porque cuando usted - y miro a Sinclar fijamente-  me dio la tarjeta de la pizzería con el logo 8/8  tan ingenuamente, lo creí inocente, y también el hecho en su favor de que  en el momento del asesinato usted estaba supervisando el desmontaje de los equipos. Así que llegué a la conclusión de que alguien mas inteligente, una persona que conocía muy bien como operaba su mente y la de Rothman, había preparado todo esto para hacerlo ver como culpable a usted.
Una breve pausa, Gina suspiro y dijo.
- Pensé entonces en Claire, en el hecho de que su marido quería el divorcio, esto era motivo mas que suficiente para deshacerse de él. Pero no la veía contratando a un asesino, sí podía verla a ella apuñalando a su marido, pero era imposible ya que había estado todo el tiempo con los organizadores del festival. Sin embargo el despecho puede ser muy grande y Claire es una mujer inteligente y planificadora. ¿Habría contratado a alguien? Esta duda se me hacía cada vez mas grande.
Claire miró a la detective y Gina comprendió que la mujer estaba haciendo esfuerzos por recomponerse. Le costaría mucho tiempo dejar de amar al hombre que la había lastimado tanto.
Nada dijo y Gina prosiguió dándole un cambio de rumbo a su discurso.
- También  estaba Steve Lawless. El dee-jay había iniciado una relación nada menos que con su hija, el ser que mas amaba. El sabía que Linda Lawless iba a seguir adelante con el romance y lo peor:  Seb Rothman había cambiado, dejado atrás las drogas y las jovencitas. Estaba decidido a divorciarse de Claire, pero de todos modos Lawless dudaba que estos cambios fueran reales, Sebastian era un hombre egoísta, superficial, incapaz de ver el sufrimiento que causaba en el otro y tarde o temprano se aburriría. Su hija iba a sufrir. Sin embargo había tenido el aplomo de hablar con Rothman y controlar sus emociones. Un hombre asi, pensé, bien podría apuñalar a sangre fría a quien mas odia. Sin embargo, en el momento del asesinato Steve estaba en su casa. ¿Pudo tal vez haber contratado a alguien? Si él mismo asesinaba a Sebastian corría el riesgo de que su hija lo odiara para siempre.
Lawless habló claramente.
- Pensé en matarlo, lo imaginé miles de veces, pero la verdad es que no puedo matar a nadie. Mi única esperanza era mi cuñada, ella siempre tuvo una relación muy cercana a Linda que se fortaleció aun mas con la muerte de mi mujer. Habíamos planeado que ella iba a hablar con mi hija , sin exigirle que dejara a Seb pero sí que esperara un tiempo antes de irse a vivir con él. Linda es una joven inocente pero  es muy inteligente y yo estaba seguro que en algún momento iba a darse cuenta del tipo de persona  que Rothman realmente era y lo iba a abandonar.
Parker asintió en silencio. Movió su cuerpo elástico hacia donde había una jarra y sirvió agua en un vaso, pensó en las miradas de todos en su espalda como puñales y sonrió en una especie de mueca para si. Escuchó el ruido de una silla al moverse y tuvo la certeza de que alguien  estaba impaciente, pero no supo quién. Caminó hacia su escritorio y  bebió lentamente mirando a cada uno de las personas que había en la habitación como se mira a los personajes de un cuadro; le parecieron irreales. Sintió el liquido bajar por la garganta, luego dijo.
- David Rothman estaba a la sombra de Sebastian, quien siempre le negó ayuda. - lo miró y el joven bajó la cabeza - Sé que Seb convenció a su padre para que le dejara a él la mayor parte de las propiedades que tenía, excluyéndolos a usted y a su madre ¿verdad?
El chico miró a la detective, suspiró y dijo quedamente:
- Si, mi padre le dejó a mi hermano casi todo, a mi madre la casa que compartían y otra propiedad mas que estaba a nombre de ambos. A mi me dejó el piso que usted visitó en el interrogatorio y otro mas que rento. Nuestro padre tenía en Londres mas de cuarenta propiedades y mi hermano era una persona egoísta que quería todo para él, pero lo que no sabía  es que ni a mi ni a mi madre  nos importa demasiado el dinero. Tengo mas que suficiente para vivir, un trabajo de día que disfruto y ahora, en realidad gracias a la presión que Claire - y miró a la mujer que tenía al lado - puso en mi hermano, tuve la oportunidad de demostrar que soy bueno en lo que hago y tengo fechas en uno de los clubes mas prestigiosos de Berlín.
- Esto suena muy bien - dijo Parker pensando que el chico estaba dando un buen discurso- usted se fue del festival con sus amigos, hablé con ellos y estaban en un bar cercano tomando una cerveza. Podría haber salido del bar quizás, tomar una caja con una pizza previamente preparada del baúl de su auto, calzarse una gorra de baseball y volver al festival para apuñalar a su hermano.
David iba a decir algo pero Parker continuó.
- Esa podría haber sido una buena solución. Sebastian sabía muy bien que usted tenía algo que él siempre había querido pero nunca había podido tener: verdadero talento y sensibilidad musical, y por eso siempre trató  de desilusionarlo y hacerle ver la música solo como una vía de generar dinero.
Gina continuó hablando pero esta vez incluyendo también a Claire.
- Incluso la relación con Claire y la pequeña Emily era algo que Sebastian no podía comprender. El era un ser superfluo incapaz de poder construir una relación solida. Su hermano pensó que dejarlo sin lo que le correspondía en la herencia iba a afectarlo, pero no fue asi. Si, - siguió Parker en un tono de voz bajo - todos sus amigos dijeron lo mismo, que estuvieron en el bar y se fueron todos juntos.
- Asi que - Parker miró a todos uno por uno antes de continuar - Ninguno de ustedes lo hizo. Esa persona que le dio la tarjeta a Frank era la clave, pero ¿cómo saber si estaba relacionado con alguno de ustedes, como probarlo?
En este punto la detective sintió que el clima de tensión era un objeto delicado que tenía en sus manos  y lo apretaría hasta despedazarlo, pero lo haría lentamente, a veces su trabajo tenia estos momentos de gloria que compensaban todo el resto.
Parker aclaro su garganta y acentuando sus palabras continuó:
- Esa persona anónima pudo haber contestado el llamado de Frank esa noche, corriendo el riesgo de que el truco de la tarjeta no funcionase, pero como dije anteriormente, conocía al dee-jay y a su mano derecha lo suficiente como para saber que  todo saldría como esperaba.
Todos miraban a Parker con el mismo gesto de expectación.
- Por supuesto que había alguien mas en juego: la persona que entró al festival con la caja de pizza, golpeó la puerta del camarín del dee-jay presumiendo que  estaría solo, para luego apuñalarlo ocho veces y retirarse. Este segundo ser anónimo bien podría ser el mismo que le dio la tarjeta a Frank ¿Por qué no? –  preguntó Parker subiendo ligeramente el tono de voz  hacia los otros - Las cámaras del festival solo aportaron una descripción vaga: era un hombre de mediana estatura, delgado, que llevaba una gorra de baseball en su cabeza con el logo de la pizzería. Tampoco Harris, el hombre de seguridad que dejaría entrar al área del VIP a este individuo, pudo aportar más.
Las cuatro personas reunidas en la oficina se revolvieron en sus asientos, ella podía oler la incomodidad que sus palabras habían generado.
- Pero algo, un detalle estúpido me dio la clave correcta. Cuando me reuní con Harris me repitió lo que ya sabía, pero también que, al ponerle el precinto al hombre que traía la pizza, notó que tenia tatuado el numero 8 en la parte interna de la muñeca. Harris lo relacionó con el logo de la pizzería, le pareció gracioso el fanatismo del empleado , tatuarse el logo del lugar donde trabajaba…
- Pero no era el logo del sitio lo que el asesino tenía tatuado , y cuando fui a la pizzería 8/8 sabiendo que allí no iba a encontrar al asesino, y que ninguno de los empleados llevaba el tatuaje, encontré la pista que me llevó al verdadero culpable.
Afuera estaba oscureciendo, los días se estaban acortando y Gina prendió las luces de la oficina.
- Uno de los empleados de 8/8 - dijo mientras caminaba nuevamente hacia donde estaba su escritorio - detestaba a Rothman, para él, el dee-jay había arruinado no solo la promisoria carrera musical de los otros miembros de Lucky, la banda de la cual su padre era fan, sino la vida de los otros músicos.
- Este joven- continuó Parker ahora caminando lentamente de un lado hacia otro como un profesor tomando examen a un alumno aterrorizado - reconoció unos días atrás del asesinato a Darren Tantaglia, el ex baterista de Lucky que fue a comprar una pizza al establecimiento. El muchacho estaba orgulloso de poder hablar con uno de sus ídolos y Darren estaba sorprendido o asustado tal vez al ser reconocido, pero el orgullo pudo mas y se quedó hablando de música con el joven.
Parker miro a Frank Sinclar y dijo:
- En realidad nadie le dio a usted una tarjeta en el festival  ¿Verdad?
Frank pareció no registrar la pregunta de la detective  y dijo no entender lo que ella estaba diciendo.
Parker sonrió a medias.
- Creo que entiende usted muy bien y si no hubiera sido por el hombre de la garita que vio el 8 tatuado y el joven de la pizzería que reconoció al baterista todo hubiera salido como planeó, un crimen casi perfecto debo admitir.
- ¿Podría explicar qué es lo que está diciendo?- exclamó Lawless un tanto impaciente.
-Si, - dijo Parker - lo que estoy diciendo es que al visitar a Darren Tantaglia lo encontré muerto en su domicilio. Se había ahorcado, tenia un 8 tatuado en el interior de la muñeca. Usted, Sinclar, convenció a su amigo que también le guardaba rencor a Rothamn y vivía casi en la indigencia para que apuñalara al dee-jay 8 veces.
Frank emitió un sonido ronco, casi ahogado. Cuatro pares de ojos lo miraban fijamente.
- Eso no es verdad, yo no lo convencí de nada, lo que hizo lo hizo solo - la voz del ex guitarrista sonó como un desgarro.
- Una persona como Darren, casi indigente y con un historial de abuso de drogas ¿pudo haber elaborado todo este plan? - Parker sonrió al mismo tiempo que movía la cabeza en un gesto de negación y agregó - ¿y arriesgarse él solo a entrar en el festival para apuñalar a Rothman?
Gina se acerco un poco más a Sinclar y dijo con una voz aún más grave:
- Tanto Frank como los demás miembros de Lucky, que todos saben significa suerte, eran supersticiosos, pero Darren lo era aun más, al punto de tatuarse el numero de la buena suerte, 8. Fue fácil para usted convencer a Sebastian para que el nombre del nuevo single fuera 8 y hacerle creer a Darren que esto era una señal que todos estaban esperando para terminar con la vida del dee-jay.
Sinclar pareció titubear. Había enojo en su expresión, algo que no pudo contener y levantándose del asiento gritó al mismo tiempo que se dirigía a todos los demás presentes, que lo miraban con una mezcla de horror y desprecio.
- Ustedes no pueden creer lo que esta mujer está diciendo. ¡Usted está loca, no puede probar nada de esto!
Gina Parker abrió el cajón de su escritorio y con calma replicó:
-Si puedo, Frank. Darren Tantaglia apuñaló a Sebastian Rothman, lo odiaba pero el remordimiento resultó mayor que el odio que por él sentía. Antes de suicidarse dejó una carta en donde lo acusa a usted de la planificación del asesinato. También encontré en la mesa una servilleta en donde está dibujado el diagrama del acceso al festival y la ubicación del camarín de Sebastian.
Parker continuó sin prestar atención a Sinclar
- Esto lo dibujó usted, Frank, fue el único error que cometió, dejarle a Darren esta servilleta que cualquier perito calificado podrá cotejar con su caligrafía.
El ex guitarrista no se movió, cerró los ojos y pareció por un instante abstraerse de la realidad de la que ya no quería ser parte. Dijo lentamente.
- El destruyó la vida y los sueños de todos. Ibamos a tener el futuro que deseábamos pero el decidió que no, que el éxito iba a ser solo suyo. Se casó con Claire - la miró y le dijo - la mujer con la que yo hubiera querido estar para siempre, y nunca la respetó, transformándola en una especie  de fantasma que cargaba con un pesado corazón día tras día - soltó una carcajada deforme, inhumana.
- Su padre, todos sabían que Sebastian era su debilidad, y él aprovechándose lo convenció para que le dejara la mayor parte de la herencia y muy poco a su hermanastro, a quien nunca ayudó y cuando lo hizo fue porque Claire presionó y fue ella quien contactó al dueño de Schalabtob. Seb ni siquiera hizo eso, sabía que su hermano era mejor que él y por eso jamás lo ayudó.
Clavó los ojos en Lawless que estaba petrificado en su asiento y siguió.
- Pensé que vos ibas a matarlo, estaba acostándose con lo único que le daba sentido a tu vida y bien sabías, Steve, que él iba a destruir la vida de tu hija como destruyó la vida de todos, pensé que si, que tal vez lo matarías pero no pudiste, todos querían pero nadie tenia el coraje de eliminarlo….
Sin decir una palabra mas y recuperando una dignidad que había perdido quizá hacía muchos años, tomó su chaqueta, caminó hacia la puerta como una estrella de rock camina hacia el escenario donde dará su último show, y salió.
Dos policías de Scotland Yard estaban esperándolo.




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