LAS AMIGAS Diana Huarte

Había llovido toda la tarde y Alejandra pensó que nunca tenía suerte organizando comidas en el balcón terraza. Parte del espacio estaba techado sí, pero si llovía fuerte todo se iba a la mierda como pasó el año pasado cuando cayó ese chaparrón inesperado y tuvieron que entrar tan rápido que rompieron dos copas de cristal Riedel. “Seguro que a los maridos de ellas no les importó, porque son tan brutos que les da lo mismo tomar en una copa Riedel que en vaso de plástico” Pero así eran los maridos que sus amigas habían elegido. Grasas con plata. Sonó el timbre, eran Aurelia y Mario. Ella abrió la puerta y los hizo entrar. -Siéntense chicos. Mario se sacó la campera de cuero marrón y la arrojó en el sofá. -Dámela, que la llevo a la habitación- dijo Alejandra. Le reventaba que el tipo ni bien llegara empezara a tirar sus porquerías en cualquier parte. Alejandra se dirigió a Aurelia. -Nena, ¿por qué no vas a la cocina y descorchás una botella de champagne? Pus...